martes, julio 04, 2006

El friki, ¿nace o se hace?

(Este post se escribió con motivo del Día del Orgullo Friki)
El friki, ¿nace, o se hace?

Hace tiempo que publicamos el
Manifiesto Friki, en otra variante que IMHO tiene el frikismo adicional de tener los números de cada punto del manifiesto en binario, junto con una explicación de los tipos de frikis...

En mi caso, mi frikismo tiene una base literaria, a diferencia de otros frikismos quizás más extendidos, como el ocasionado por el visionado de películas frikis o comics (sean mangas o no).

Supongo que una cosa lleva a otra, de manera que en mi mocedad friki, la influencia a series como Heidi, Marco, Mazinguer Z, Comando G y la Abeja Maya me vacunaron contra el resurgimiento manga de Dragon Ball (aunque reconozco que La Petita Polon me ha enseñado casi todo lo que se de mitología griega...). De La cometa blanca y la Gallina Caponata, pasamos a Barrio Sesamo con Espinete. Y de "un globo, dos globos" para irse a la cama, a Casimiro (algo así como pasar de Mocedades a Lordi en EuroVision).

El trauma televisivo definitivo vino de la superedulcorada Candy & Candy, o quizás del correteo interminable en campos de fútbol deformados por una gravedad marciana en Campeones, los que me apartaron para siempre del mundo de las series televisivas "infantiles".

Atrás quedó Dragones y Mazmorras, aunque claro, después me re-encontraría con aquel mundo en el juego de rol...

Pero bueno, había dicho que mi base friki era literaria, y no hago más que hablar de televisión... Pero no os miento; aunque no recuerdo cúando empecé a leer o escribir (es curioso lo que uno recuerda, que diría Forrest Gump), ya en cuarto o quinto de EGB escribía historias (que se han perdido para siempre, me temo...). En esas historias "los de la clase" nos íbamos de viaje a Kenia, pero nuestro avión se estrellaba en medio de la jungla. Después vivíamos aventuras en las que yo siempre era el héroe. De esa época, imagino, viene el que prefiera Indiana Jones a Star Wars.

Otro claro síntoma de que un friki se estaba gestando en mi interior (al estilo Alien), era que escribía finales "alternativos" a los de los libros que leía, o que empezara a escribir un libro del estilo de los de "Elige tu propia aventura"... Después, convencí a mis hermanos para que nos compráramos entre todos un Commodore 64, empecé a programar en Basic. Sí, prefería programar a jugar.

Empecé a leer libros de fantasía y de ciencia ficción. Empecé a jugar a rol y a relacionarme con otros frikis mientras mi frikismo se iba perfilando. Leía de forma indiscriminada historias de tíos cachas con espadas enormes (era la época Conan). Historias de naves espaciales, viajes en el tiempo y razas alienígenas. Leí El Hobbit, y El Señor de los Anillos. Intenté varias veces leerme -sin éxito- El Silmarillon, así que me leí historias sueltas de "Los apéndices". No iba a ser un friki tolkiano, estaba claro (me gustó mucho más El Hobbit que El señor...). Me grababa Cosmos en video (un soporte magnético que mi sobrino de dos años jamás conocerá), del mitiquísimo Carl Sagan... Leí Yo, Robot, Sueños de Robot, pero no pude con La Fundación, de Asimov. Eso sí, conservo con orgullo friki los seis tomos de Dune, de Frank Herbert, incluso el cuarto, que durante pense que nunca conseguiría para comppletar la colección (me había dejado alguien y que estaba agotado en todas partes)... Ni imagináis lo que sufría pensando que no podría tener toda la colección completa, o que el cuarto sería de otra editorial, con otro tipo de portada... Sería como una cicatriz en la estantería... Pero con el tiempo, lo conseguí. Los forré con papel adhesivo transparente... Y ahora no se los dejo a nadie... (imaginadme con cara Gollum acariciando el anillo). Leí El Neuromante, de William Gibson. De nuevo ordenadores en mi vida. Internet era algo que usaban los americanos, con sus BBS y sus modems... En las noticias, de vez en cuando, un chaval se colaba en los ordenadores de la NASA con un comodore como el mío, y yo me estremecía pensando en DARYL o Juegos de Guerra. Sueñan los androides con ovejas eléctricas, de P.K.Dick me sirvió para mantener interminables discusiones con un friki de base cinéfila respecto a Blade Runner. Me convertí en máster de Vampire, era socio activo de un club de rol e incluso participaba en la organización juegos de rol en vivo por la noche con gente que venía disfrazada de vampiro incluso desde otras ciudades! Aunque también leía otras cosas no-friki, mi vena friki acababa re-surgiendo.

Al pasar tanto tiempo con gente friki, mis gustos friki se vieron afectados. El cine oriental made in Hong Kong entró en mi vida: Chow Yun Fat, John Woo... The Killer, Hard Boiled, Una bala en la cabeza... Nos reuníamos por el sábado por la noche y mientras otros saltaban en la discoteca, nosotros veíamos a los chinorris morir una y otra vez en pelis de serie Z. O en Amor a quemarropa, con Christian Slater, o Reservoir Dogs... Del honor caballeresco de los tíos cachas "estilo conan" pasamos a los héroes de barrio que se enfrentan a los yakuzas o los hampones... Sangre a borbotones, tipos duros, solitarios, enfrentados a clanes mafiosos japoneses... John Waynes urbanitas cabalgando cadillacs decorados con agujeros de bala...
Después, Magic, The Gathering, un juego de cartas, acabó con los juegos de rol.

En la uni la gente que me rodeaba eran japo-adictos. Consolas, manga... No les culpo; ellos crecieron con Dragon Ball. Son de otra generación. Pero no hay disatancias cuando el frikismo es puro: Humor Amarillo y las pelis de animación como La Princesa Mononoke nos unían... Alguien grababa las emisiones de Takeshi's Castle (el nombre original de Humor Amarillo) de una cadena alemana y hacíamos pases en la sala de actos de la facultad. Fue la época del chat. Unos años antes había empezado a experimentar internet. Yo abría el navegador y me salía la página de la uni. Por mucho que pulsara en los enlaces, no salía de allí. Yo creía que internet era otra cosa... Así que le pregunté a un amiguete que entendía del tema. Me dijo que cada página tenía una dirección, pero claro, el problema era que yo no las conocía. Así que me pasó un listado impreso en papel de tres hojas con "direcciones" de internet interesantes. Una de las pocas que me sonaba era www.playboy.com, así que decidí empezar por esa ;-) Cuando ya me movía por internet con cierta agilidad, empecé a chatear, vía web, con gente de Seattle. Pero la conexión era lentísima, mi inglés malo, y la ortografía de la gente como la de los sms de ahora. Así que chateaba poco... Pero con el tiempo llegó NescaFIB, un chat basado en Telnet de la UPC. La mayoría de gente era como yo, universitarios saltándose alguna clase o esperando a amiguetes para ir a comer... Mi nick de la época era un diminutivo de la época "rolera": Hay (pronuciado como "jai"), de un personaje llamado, ni más ni menos, que Hayataru Maegth Arannon de los Avatar de Cardorion... En fins... Aprendí HTML, empecé a hacer webs que nunca colgaba...

Ha pasado el tiempo y sigo, más o menos, con lo mismo; rodeado de ordenadores, programando webs que nunca cuelgo, persiguiendo ese futuro que siempre está a la vuelta de la esquina pero que nunca quiere pasarse por casa... Con el tiempo ha aumentado mi peso, mi coleccción de libros -frikis y no frikis- y muchas otras cosas que sería demasiado largo y aburrido transcribir al blog...

Después de tanto rollo, la pregunta inicial sigue sin respuesta. Si he sido friki a lo largo de este tiempo, no podría decir cuándo empecé a serlo. Y si lo he sido alguna vez, sin duda sigo siéndolo ahora. Si algún día dejo de ser friki, dudo que pueda decir cuándo se acabó.

No se si el friki nace o se hace; lo que es seguro, es que el friki nunca muere.

Y si lo hace, siempre nos quedará su blog. (O su colección de tebeos, o sus objetos mágicos, o su dvd-teca.... ;)

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