Imitando a McGyver con una cámara de usar y tirar
Cuando era chiquitín tenía cierta tendencia a experimentar con la tecnología que el día a día ponía al alcance de mis manos... De aquellos días recuerdo la desagradable experiencia de insertar los dos extremos de un mismo cable en los agujeros de un enchufe, haciendo saltar los plomos en casa de mi abuela y llevándome un susto de muerte. Con el paso del tiempo, mis conocimientos a nivel tecnológico se han ido incrementando, pero también me he hecho más prudente. Pese a todo, mi torpeza me ha hecho llevarme algunos sustos más; el último que recuerdo, al pulsar sin querer el botón de flash de una cámara de un solo uso que había desmontado previamente (desgraciadamente, el condensador del flash estaba cargadito y bien cargadito...) Así que cuando he visto en Gizmodo este "mod" de una cámara como aquella, me he sentido tentadito de probarlo yo mismo....
Siguiendo las instrucciones del 22nd Chaos Comunication Congress, podemos convertir la inocente cámara de un sólo uso en un freidor de etiquetas RFID. Pero vamos por partes.
- ¿Qué es una etiqueta RFID?
Así, en plan rápido, son esas etiquetas pegadas a casi todo lo que compramos últimamente, de unos 3x3cm, con una "especie" de espiral de aspecto metálico y un chip en el centro. Estos IDentificadores por Radio Frecuencia (Radio Frequency ID) son los códigos de barras del futuro, aunque tienen bastantes problemas tanto a nivel técnico como ético.
- ¿Cómo funciona un RFID?
Los RFIDs más comunes son del tipo "pasivo". El chip contiene información sobre el producto (fecha de envasado, fecha de caducidad, etc..., por ejemplo). Cuando se coloca junto a un lector, éste envía una señal al RFID, que aprovecha la energía generada por el lector para "activarse" y enviar de su mensaje con los datos que contiene.
- ¿Y para qué sirve?
Pues para cualquier cosa. El ejemplo típico es control de inventario de un almacén, pero puede utilizarse para un montón de cosas. El problema es que "alguna de esas cosas" puede que interfiera bastante con nuestra privacidad si se usan con fines "orwellianos".
Imaginemos un supermecado cuyos productos están etiquetados con etiquetas RFID. Idealmente, no tenemos que hacer cola para pagar, pues un lector en nuestro carrito de la compra puede ir contando automáticamente el número y precio de los productos que contiene. Una vez que salgamos del súper, envía el importe de todo lo que llevamos a un ordenador para que nos lo carguen a nuestra cuenta. Si nuestros armarios tuvieran lectores de RFIDs, un ordenador central podría avisarnos cuando nos estamos quedando sin atún, o de que los yogures que tenemos en la nevera están a punto de caducar.
Hasta ahora, todo parece muy bonito (y lo es). Sin embargo, los más paranoicos ya habrán visto que si toda esa información se analiza, es muy fácil extraer información sobre nuestros hábitos de consumo. Así que los chicos del 22C3 ya se han puesto las pilas (nunca mejor dicho) y han diseñado un método sencillo y barato para poder mantener parte de nuestra intimidad a salvo de fisgones (al menos, de los fisgones que utilicen las RFIDs): freir las etiquetas con un pequeños PEM (el link, a la WikiPedia). Para aquellos que no sepan lo que es, simplemente comentar que el Pulso ElectroMagnético está clasificado en la WikiPedia en la categoría de Guerra Nuclear, Armamento... Y todo con una cámara de usar y tirar!!!
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